La alarma del móvil me lo recuerda.
Como si hiciera falta.
Hoy deberíamos estar celebrando un cumpleaños y mañana una boda. Pero no ha podido ser.
El cáncer, una enfermedad odiosa nos lo ha impedido.
La caprichosa vida a veces es cruel y hace de tu camino un calvario. Accidentes innecesarios o enfermedades injustas ponen freno a una vida que no tenía por qué acabar así.
Pero, para ser honestos, en parte la culpa es nuestra. Tuya, mía, de todos.
¿Por qué? Por algo muy sencillo que tenemos frente a nosotros y no somos capaces de ver.
Preguntad a vuestros hijos, sobrinos, vecinos, a cualquier niño, ¿qué quieres ser de mayor?
El porcentaje más alto de respuestas que obtendréis será de la índole futbolista, cantante, modelo, actor/actriz… con alguna pequeña tendencia a bombero, policía o astronauta (aunque esto cada vez menos). Ahora además, cuando son un poco más mayores ya entran en juego profesiones tales como gamers, youtubers, y en los últimos años también cocineros.
¿Por qué es así? Sencillamente porque esos son nuestros ídolos, los de los adultos.
Las personas a las que seguimos ciegamente, ensalzamos, idolatramos hasta el punto de querer comprar lo que recomiendan en la tele o en las redes sociales, queremos vestirnos con la ropa que ellos se ponen, comer lo que ellos comen, ir al restaurante al que ellos van… en definitiva queremos tener sus vidas.
Eso es lo que ven los niños que nosotros idolatramos y eso es lo que aprender a idolatrar y lo que quieren ser.
Si a eso le añades que en esta sociedad consumista que hemos creado, precisamente por idolatrar de esa manera a esas personas, se genera un mercado muy lucrativo alrededor de ellos y por tanto tienen unos sueldos increíbles, ¿para qué molestarse en ser médico (por poner un ejemplo) con la de años y esfuerzo que conlleva conseguirlo y lo poco que se termina ganando?.
Tenemos nuestras miras equivocadas e idolatramos hasta rayar lo absurdo a personas que sin lugar a dudas tienen un talento especial pero ignoramos a otras con otros tipos de talento que realmente son capaces de cambiar el mundo y hacerlo aún mejor.
Son personas que nos enseñan, nos protegen, nos salvan la vida… Pueden investigar y descubrir nuevos avances científicos, curar enfermedades o ayudar a salvar el planeta. Médicos, científicos, investigadores, policías, bomberos, astronautas, profesores…
Rara vez utilizamos a alguno de ellos como modelo a seguir y mucho menos lo idolatramos como a un futbolista o un actor de cine.
Aquello que se idolatra genera un gran mercado alrededor, un mercado que genera ingresos y que por tanto es interesante (comercialmente hablado) por lo que se invierte en ello. Anuncios, reality shows, concursos, etc. lo que hace que se les de cada vez más visibilidad y generen cada vez un impacto mayor en la sociedad.
Por poneros un ejemplo, hace unos años los cocineros pasaban bastante desapercibidos pero ahora son una profesión en alza. Se ha generado un mercado en torno a la gastronomía y ahora los cocineros se han convertido en ídolos de masas. Venden y por tanto se invierte en ellos. Y me encanta que sea así, pero…
Trasladad eso a otras profesiones e imaginad el futuro.
¿Os imagináis que para anunciar un coche se utilizara a un científico o a un astronauta en vez de (o mejor dicho, además de) a un actor o un deportista? ¿Qué pasaría si los niños de hoy día tuvieran otros modelos a seguir? ¿Si como ídolos nuestros hijos tuvieran también otras profesiones? ¿Podéis imaginar el impacto positivo que podría tener eso en el mundo, en nuestro futuro, en nuestras vidas?
Y no digo que se deje de seguir a deportistas, músicos, etc. que son importantes también, sólo que se amplíe nuestro campo de mira.
Seguro que si os pregunto por el nombre de algún cantante actual, un futbolista o un cocinero me decís unos cuantos. Pero, ¿y sí me tenéis que decir el nombre de un científico de actualidad (que este vivo y en activo)? ¿Se os viene alguno a la cabeza?
Las estadísticas dicen que una de cada tres personas tendrá cáncer en algún momento de su vida pero aún así no es rentable investigar en ello. En general, no conocemos el nombre de ningún científico que esté investigando en ello o que ya haya conseguido un gran avance. Y el cáncer es sólo un ejemplo.
Este es el mundo que hemos creado y todos tenemos una responsabilidad, tenemos la responsabilidad de que esto cambie.
Nuestra vida y la de aquellos a los que queremos dependen de ello.
¿Me ayudas a cambiar el mundo?
Yo sola no puedo, pero juntos podremos.
Tenemos las herramientas: las redes sociales.
Busca una profesión de impacto, elige un profesional y ayúdame a darle visibilidad. Hagamos de esto una cadena de favores, hagámonos el favor de cambiar el mundo.
Utilicemos los hashtags:
#nuevosidolosporunmundomejor
#newidolsforabetterworld
Nadia
Foto: fuente aquí.