Aignan, nuestra primera parada de camino a la Bretaña Francesa.
Es una población ubicada en la región de Mediodía-Pirineos. No conocíamos está región y lo poco que hemos visto de paso nos ha encantado.
Buscando alojamientos por la zona, me encontré con esta maravilla de sitio y no dudé en reservar. Además tiene un precio bastante bueno teniendo en cuenta todo lo que ofrece.
Se trata del Bed and Breakfast Le Champs du Latigue, a las afueras del pueblo de Aignan, en Francia.
La casa, que data del siglo XVIII, pertenece a John, un británico afincado en Francia junto a su pareja, Chesca, cuyos orígenes son muy variopintos. De padres chilenos, nacida en Alemania, ha vivido en Madrid, Barcelona y Gerona entre otras ciudades y ahora en este pueblecito de Francia se dedica a mimar a los clientes de este coqueto B&B y en sus ratos libres hace jabones naturales.
Cuando entras en la finca ya te das cuenta de lo bonita que es. La casa tiene unas preciosas contraventanas azules y una puerta rústica que da acceso a una amplia entrada con un piano de madera, un pasillo dividido por dos tipos de suelo diferente, de estilo rústico y con vigas a la vista.
Al fondo a la izquierda, la cocina con acceso a la piscina y el comedor que al fondo da a una especie de saloncito acristalado donde puedes ver unas preciosas puestas de sol.
La casa cuenta con varias habitaciones que comparten baño y una habitación con el baño privado dentro de la misma. Ambos baños cuentan con una amplia ducha y una preciosa bañera de patas en color burdeos.
Todos los rincones de la casa y los detalles arquitectónicos son preciosos.
En Le Champs de Latigue tienen varios animales, cosa que a Alexandra le encantó. Un perro, un par de pavos reales, Ocas y alguna gallina pudimos ver.
En cuanto a nuestra experiencia allí, he de decir que fue muy positiva. Yo reservé a través de Booking y a través de ellos les escribí para preguntarles alguna recomendación para cenar algo por la zona teniendo en cuenta que llegaríamos ya de noche. Nos llamaron al día siguiente (yo les escribí por la noche) pero no nos localizaron y nos escribieron diciéndonos que al llegar nos darían toda la información que precisásemos.
Sin embargo mientras estábamos de viaje hacia allí recibí un email de Chesca diciéndome que si me parecía bien ella preparaba cena para nosotros ya que iba a hacer la cena para los de la casa (ellos y una pareja de amigos que estaban pasando unos días allí). Le dije que sí porque llegábamos de noche, cansados tras una paliza de viaje y los pueblecitos de la zona que íbamos viendo estaban ya con todo cerrado.
Al llegar nos recibieron con mucho cariño, habían preparado la cama de Alexandra con un osito de peluche y una carretilla con piezas de construcción para que estuviera entretenida. En cuanto a la cena, consistió en pollo asado, arroz, dos ensaladas diferentes y un postre de hojaldre y manzana. Agua, vino y cerveza para acompañar.
A la mañana siguiente, el desayuno fue variado, fruta, yogur, té, café, pastas, scones, pan, mermeladas, croissants, zumo…
Después de desayunar fuimos a visitar una granja de ocas que había a dos minutos andando de allí y que Chesca nos había recomendado. Fuimos con los otros huéspedes del B&B, una pareja de franceses muy majos, que ya estaba finalizando sus vacaciones.
Os dejo fotos de la granja de ocas donde compramos un tarro de Foie muy bueno.
DE la granja os puedo contar poco ya que la señora no hablaba apenas inglés y nosotros no hablábamos francés. Ahí nos falló el no haberle pedido a Chesca que nos acompañara porque seguro que lo que contaba era bastante interesante.
Lo que pude entender fue que tenían unas 700 ocas, que había muchas restricciones legales en cuanto a producción, muchas de ellas debidas a la gripe aviar y que había granjas que habían tenido que sacrificar a todas las ocas porque una sola había enfermado.
Por la zona también hay productores de vino a pequeña escala que se pueden visitar, pero nosotros decidimos saltárnoslo y continuar nuestro viaje.
Por cierto, que os comenté que Chesca hace jabones, pues aquí podéis ver una muestra.
En cuanto a precios, cómo reservar, etcétera. Os cuento, yo reservé a través de Booking y la habitación triple con desayuno me costó 60€.
También podéis reservar a través de Airbnb pero mi recomendación es que lo hagáis directamente a través de Chesca bien por su página de Facebook o contactando directamente con ella vía email (los que estéis interesados pedídmelo y os lo mando).
Por la cena que nos preparó pagamos 20€ en total y la verdad es que cenamos de maravilla.
De corazón os recomiendo que vayáis a este precioso B&B. La zona es maravillosa, de hecho nos hemos quedado con ganas de tener más tiempo para recorrerla tranquilamente. La casa es preciosa y el cariño con el que te atienden lo encuentras en sitios contados. Es más fijaros en el detalle, cuando nos íbamos Chesca nos dio unos bocadillos que nos había preparado para el camino. No tenía necesidad ninguna, pero así es ella, le pone corazón y eso se nota.
Yo me llevo además de los recuerdos y las fotos, una bonita pluma de pavo real que Chesca me dio de recuerdo y que voy a guardar con mucho cariño.
Ya me contaréis si os animáis a visitar la zona y alojaros en Le Champs de Latigue.
En próximos posts os iré contando el resto de nuestro viaje.
Feliz día!
Nadia
Fotos: algunas son del alojamiento (al pinchar os dirige a su Facebook) y el resto de @lahabitaciondealexandra